martes, 27 de mayo de 2014

Recordando lo vivido.

Hoy, hace treinta años que saqué adelante mi plaza fija en el instituto en el que estoy. Treinta años de vivencias  continuas con diferentes alumnados que me extraen distintas emociones a lo largo de los días.


Quién me iba a decir a mí que me adentraría hace treinta años en una clase donde el principal protagonista sería el ordenador. Dentro de mi etapa educativa y formativa la función del profesorado era clave, ese nexo de unión que te formaba en una etapa educativa en el instituto. Sin embargo, actualmente observamos que el ordenador de cada alumno forma esa figura que antes se centraba en el tutor, el profesor que ha convertido en el director de la clase, aquella persona que se encarga de mantener el orden pero… ¿Dónde queda la formación del alumnado? En internet.



La formación del alumnado queda en el gran mundo de internet. El profesor se siente indefenso ante este mundo. Se ha convertido en un mundo que nos aleja del mismo alumnado, se ha convertido sinceramente en un problema grave puesto que no podemos localizar la intención del propio alumno. ¿Se está formando el alumno o se dedica en las clases a otras cuestiones? Sinceramente, no lo sé. Pero considero que la figura del profesorado es fundamental y que los alumnos necesitan la formación de este para llevar a cabo una buena formación educativa. La unión entre el profesorado y las nuevas tecnologías eso es la clave: la unión, pero no la desvinculación de una y la imposición de otra.   

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