Si alguien me hubiese
dicho hace treinta años que hoy, 27 de mayo de 2044 estaría enseñando de esta
manera me hubiese parecido una locura puesto que nadie hubiera pensado que el
sistema educativo pudiera cambiar tanto en tan poco tiempo.
Sí, hoy digo que treinta años me parece poco tiempo,
sin embargo, si alguien me hubiese preguntado entonces cómo veía mi vida futura
jamás se me hubiese pasado por la mente describirla así. Es cierto que me veía
trabajando como docente puesto que ese ha sido mi objetivo desde que tengo uso
de razón. No obstante, debo confesar que me veía a mí misma en una clase,
utilizando la pizarra tradicional y utilizando el mismo sistema con el que me
habían educado.
Al principio me costó acostumbrarme a todas las modificaciones
e innovaciones tecnológicas que se iban desarrollando en cuanto a lo que
impartir las clases se refiere pero es que ¿quién iba a decirme hace treinta
años que daría muchas de las clases a través de la pantalla de un ordenador? ,
¿quién iba a decirme que las pizarras se cambiarían por grandes iPads y que
cada estudiante dispondría de su propia Tablet?, ¿cómo iba a saber que se
quedaría obsoleto el sistema tradicional de toma de apuntes y se cambiaría por
un único sistema de voz?
Es cierto… a día de hoy, cuando me pongo a pensar en
todo lo que ha cambiado evolucionado la educación, sigue sorprendiéndome el
gran paso que se ha dado hacia una innovación tecnológica que beneficia
sobremanera el correcto desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es
entonces cuando me pregunto ¿por qué nos costó tanto adaptarnos a los cambios?
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